La Educación Sexual en las personas con discapacidad

Feb
28
2013
Artículo
Pedro Lucas

Existen tipos de discapacidades (sensoriales, motoras, intelectuales) de toda la vida o adquiridas, y dentro de cada una de ellas, cada individuo con discapacidad, tiene varios tipos de capacidades y discapacidades diferentes. Por tanto, abordar esta temática desde esta heterogeneidad y diversidad, exige matices.

Desde el punto de vista fisiológico la respuesta sexual de un persona con discapacidad no es diferente a la de cualquier otra persona, solo que sus características individuales, su historia y su forma de comportamiento condiciona de un modo u otro su sexualidad. Pero eso sólo significa que cada uno/a de nosotros/as tendrá su particular modo de disfrutar y vivir sus relaciones sexuales.

Todos/as tenemos derecho a explorar y conocer nuestro cuerpo, a mantener relaciones sexuales de la manera que nos resulte más adecuada, a tener pareja si lo deseamos, a disfrutar de nuestra intimidad y a recibir información sobre ello si lo precisamos.

Siempre se habla de las barreras físicas existentes para las personas con discapacidad, pero para el desarrollo pleno de la persona, son más relevantes las barreras culturales, educativas y sociales

Son muchos los factores que dificultan el desarrollo pleno de la sexualidad en las personas con discapacidad, entre los que cabe señalar: la dificultad para socializar, la hiperprotección familiar, menor capacidad para ser autónomos, falta de información de carácter sexual, abuso de prohibiciones, ausencia de espacios y tiempos privados, etc. 

Hoy en día aún están vigentes muchos mitos acerca de la sexualidad humana, pero si a esto le sumamos la discapacidad, el abanico se amplia aún más. Los mitos sexuales impiden que podamos vivir nuestra sexualidad de una forma más sana y libre. Algunas de las falsas creencias en materia sexual en el terreno de la discapacidad son las siguientes:

  • Las personas con discapacidad no tienen deseos sexuales. 
  • Las personas con discapacidad física tienen mermada la capacidad para mantener y disfrutar de las relaciones sexuales 
  • Las personas con discapacidad no resultan atractivas sexualmente 
  • La intervención en educación sexual despierta su sexualidad dormida e inocente. 
  • Las personas con discapacidad intelectual son como niños y sobre todo en el terreno sexual.
  • Las personas con discapacidad intelectual no son capaces de gestionar y vivir una sexualidad plena.
  • En general, los discapacitados no deben tener actividad sexual, ni formar pareja, ni casarse.
  • Tolerantes pero reduciendo la sexualidad del discapacitado a la heterosexualidad.

 

La educación sexual pretende contribuir al desarrollo pleno de la persona. Una buena educación sexual además de potenciar la autoestima, contribuirá a que las personas con discapacidad tengan menos prejuicios sobre símismos/as, y en caso de tener pareja y/o mantener relaciones sexuales, lo hagan sin prejuicios.

La educación sexual en personas con discapacidad es aún más necesaria, puesto que al vivir de manera más restringida, existen menos oportunidades para “descubrir”. Un buen desarrollo sexual implica tener: un buen desarrollo afectivo, ciertas habilidadessociales, buena autoestima y saber mantener rerelacionesinterpersonales.

El abordaje de la educación sexual debe ir orientada a sus necesidades en este terreno como pueden ser: la necesidad de salir de la sobreprotección paterna, de explorar la realidad de forma más arriesgada, de relaciones simétricas, recíprocas., mayor posibilidad de contacto más íntimo y de tiempos para su intimidad. 

La educación sexual en este ámbito, debe de ir orientada también para los “capacitados”, para que éstos últimos, acepten con absoluta normalidad y sin tendencias discriminatorias, la pluraridad de individuos. Posiblemente las influencias del curriculum oculto sobre la persona con discapacidad echen por tierra todas nuestras buenas intenciones, aunque estemos poniendo todos nuestros esfuerzos en educar sexualmente a nuestros alumnos con discapacidad. Por tanto, desde la escuela, el trabajo con las personas con discapacidad debe aunar el mismo esfuerzo que para el resto, alumnos, docentes y padres.

La educación sexual en personas con discapacidad en el centro educativo debe ser pactada y consensuada con la dirección del centro y resto de docentes, así como con los padres. Es importante cuidar esto último, pues el tema de la sexualidad siempre levanta suspicacias, y más aún cuando la población diana son las personas con discapacidad.

 

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