Una pareja es pareja desde que los dos lo consideran así. Se supone que el objetivo de estar en pareja es hacer la vida más feliz y plena al otro, y recibir un trato análogo.
Según el Instituto Nacional de Estadística en esta última década el aumento en el número de separaciones y divorcios ha sido considerable. Tan sólo en estos dos últimos años, 2007 y 2008, ha bajado la cifra de rupturas matrimoniales. Este descenso se debe en parte a la crisis económica y al descenso en el número de personas que inician un matrimonio, pues prefieren vivir en pareja. Pero a pesar de los números, las parejas se siguen llevando mal hasta el punto de no aguantarse. La ruptura de la pareja y sus efectos en la vida de las personas a las que afecta, ejerce una gran influencia sobre el funcionamiento psicológico de los individuos. Investigaciones sobre el estrés han demostrado que debido a los cambios en el estilo de vida con la ruptura de la pareja, se produce un aumento de problemas psicológicos en individuos con "matrimonios" rotos.
Las consecuencias psicológicas, sociales, laborales, económicas, de vida e incluso de custodias de hijos, etc; de una ruptura de pareja, desembocan en muchas ocasiones en auténticos dramas humanos. Por lo que desde un punto de vista clínico, los problemas de pareja son de gran interés. Además., los problemas de pareja pueden ser origen y consecuencia de problemas sexuales, por lo que tienes que ver con la SALUD SEXUAL.
¿Qué ha pasado? ¿qué ha sido lo que ha deteriorado la relación? ¿cómo es posible que dos personas que tanto se han amado lleguen a odiarse? ¿hubiera podido evitarse? En definitiva, ¿porqué?
¿QUÉ CAUSA LOS PROBLEMAS DE PAREJA?
El comportamiento humano no es aletorio, ni tampoco imprevisible. Existen muchos modelos explicativos y teorías que analizan las causas de los problemas de pareja. Para simplificarlo nos vamos a centrar en los siguientes puntos:
1. Los refuerzos. Se podría decir que una pareja está enamorada, cuando el intercambio de conductas y expresiones entre ambos es reforzante o gratificante. Según los estudios realizados sobre las relaciones de pareja, una de las diferencias más clara entre parejas felices y parejas conflictivas es el mayor intercambio de refuerzos positivos de las primeras con respecto a las segundas.
Las parejas conflictivas basan su conducta, expresión y comunicación, cuando se referieren al otro, en destacar "lo que no les gusta" de su pareja, es decir sólo se dicen aquellos aspectos que les disgustan del otro. Sanciones (verbales y no verbales) continuas encaminadas a cambiar al otro. En cambio, las parejas felices intercambian más expresiones agradables hacia el otro. Por ejemplo: si cuando llego a casa mi pareja me ha preparado la cena, y además de estar deliciosa, se lo digo, no sólo haré que se sienta valorado/a, sino que en el futuro es más probable que vuelva a tener una deliciosa cena. Los refuerzos positivos aumentan la armonía y el buen rollo en pareja.
Esto último es cierto, pero a veces no es fácil de aplicar en pareja. Podemos encontrar personas, con baja autoestima, que no saben encajar "piropos" o refuerzos positivos, y ante cualquier indicio o presencia de refuerzo, su reacción inmediata es echar por tierra e invalidar la certeza de un comentario gratificante hacia su persona. Por tanto, los problemas de pareja pueden estar influenciados por otros problemas individuales, que serían prioritarios de abordar.
2. La comunicación. El lenguaje humano es complejo, y más complejo aún, cuando se trata de expresar con palabras lo que sentimos. La comunicación no efectiva, la que no lleva a nada y termina en reproches, va haciendo daño al equipo que conforma la pareja.
Para una comunicación efectiva, es tan importante el qué decimos como el cómo lo decimos, sin olvidar una buena disposición no verbal (gestos) tanto del que escucha, como del que habla. La expresión emocional no se enseña en la escuela, la aprendemos de forma casual de nuestros modelos de referencia (padres, hermanos, amigos, etc) y de las respuestas de otros (feedback) ante nuestra forma de comunicarnos. Las habilidades de comunicación en pareja parecen haberse adquirido más por accidente que por intención. Por ejemplo: ordenar, amenazar, moralizar, imponer soluciones, reprochar, criticar, pseudoaprobar, ridiculizar, mal interpretar, interrogar, retirarse en medio de una conversación, son indicios de una mala comunicación en pareja.
La comunicación es algo a tomarse en serio para ser feliz en pareja, pues es la herramienta que tenemos para entendernos y para solucionar problemas. Las parejas felices saben resolver sus problemas porque han adquirido unas buenas habilidades de comunicación, que orientan el discurso a la solución.
3. Nuestro tiempo juntos. Otro de los factores causante de los desajustes en pareja, son los que derivan de una pobre distribución de su tiempo de ocio y de sus actividades sociales. Cuando existe diferencia en la cantidad de deseo de espacio emocional, se producen irritaciones y frustraciones producto de la saciación (al que se le exige más atención) y la deprivación (el/la que necesita más atención). Estas necesidades no son estáticas, pueden ir variando con el tiempo.
Es importante compartir momentos agradables, sociales y de ocio, de forma individual, en pareja y en familia.
4. La individualidad. La pareja la conforman dos individuos con sus características personales y sus egos. Cada uno, con metas individuales en diferentes áreas de la vida, con sueños e intereses propios, con la necesidad de responder por sí mismo en la vida y con expectativas de felicidad. Es importante desmitificar la idea de la media naranja, pues tendriamos que amputar partes de nuestra individualidad para dar cabida al otro miembro de la pareja en nuestra vida.
El problema no es la individualidad en sí misma, o ¿acaso los individuos que conforman la pareja no se enamoraron de las individualidades del otro? El problema es la mala gestión de nuestra individualidad y de no haber madurado emocionalmente lo suficiente. Por ejemplo: a veces cuando nuestros proyectos, metas y expectativas no se cumplen, pueden ser achacados al otro miembro de la pareja, al esperar que sea el otro quien supla esas miserias individuales. Esto va creando insatisfacciones y conflictos poco claros que van deteriorando la relación, pues lo que se espera del otro es algo que sólo yo me puedo dar a mi mísmo.
Debemos ser más autocríticos y analizar en qué me puedo estar equivocando con mi pareja.
5. La intimidad. La intimidad es un componente esencial del vínculo que se crea en toda pareja. Pero enlazando con lo anterior, también existe una intimidad individual que debe ser respetada y nunca avasallada por el otro. En el momento en que se invade la intimidad del otro es razón de peso para el inicio de una polémica o conflicto. Por esto, es necesario llegar a acuerdos de intimidad para no invadir el espacio personal del otro. La intimidad individual puede cambiar en el tiempo y no significar algo negativo en pareja, aunque si cambia, es necesario actualizar el acuerdo. Claro, pero para llegar a estos acuerdos, es necesaria una buena comunicación.
En definitiva, la pareja debe ser concebida como un equipo y comportarse como tal, respetando la individualidad del otro, tanto dentro como fuera del contexto de equipo.
¿ESTOY A TIEMPO DE SOLUCIONAR MIS PROBLEMAS DE PAREJA?
Siempre que los dos quieran solucionar la situación, se está a tiempo. Sólo hay que dar el paso y comprometerse a trabajar activamente por el bien común, porque con el amor no es suficiente para convivir feliz en pareja.
Se pueden aprender habilidades de comunicación y aplicar multitud de recomendaciones que se digan aquí o en otros medios, pero en muchas ocasiones, es necesario y recomendable la figura de un terapeuta, como mediador entre ambos, que ayude a evitar conductas y expresiones, ya viciadas y dañinas, tan complicadas de erradicar por sí mismas. Esto ayudará a que el proceso de crecimiento del equipo sea más eficiente.