La mujer heterosexual de hoy día ha recuperado su derecho a desear y a sentirse deseada sin grandes sentimientos de culpa que le generen malestar. El cambio de la Moral Sexual Española en estas últimas décadas ha permitido la desinfantilización a la que estaba sometida la mujer. Recordemos que hace 4 décadas en España, sólo se permitía la relación sexual bajo el paraguas del matrimonio y a la mujer se la educaba para que hiciera feliz a su marido. Lo importante en la relación sexual era no salirse del esquema reproductivo, deseos y placeres con coherencia reproductiva, asi como la existencia del placer solo enfocada hacia el varón.
- Mujer hipodeseante - Mujer Decente
- Mujer hiperdeseante - Mujer Indecente
- Hombre hipodeseante - Medio Hombre
- Hombre hiperdeseante - Hombretón
El placer de la fémina se asociaba al pecado, el deseo de la mujer a la indecencia, y el sexo a la reproducción. En este marco legitimador de la sexualidad se construían mujeres hipodeseantes y hombres hiperdeseantes como características fundamentales del proceso de socialización.
Una doble moral de la que aún no estamos exentos. Se sigue educando de manera diferente a niños y niñas, y se sigue sancionando a la mujer hiperdeseante. Sanciones de ellos y de ellas, así como sentimientos de culpa como forma de autocastigo más inmediato. No obstante, la liberación intraindividual de la respuesta sexual de las mujeres sigue en crecimiento, en progreso. El hombre de hoy es deseado de manera más abierta pues la hostilidad social para la mujer hiperdeseante no es tan acusada.
Este hecho ha mostrado la importancia del cuerpo del hombre como parte muy principal de lo deseado en un hombre, porque no nos engañemos, las mujeres también desean cuerpos y sólo cuerpos. El amante de Lady Chatterley fue un libro polémico y prohibido durante décadas pues mostraba una mujer casada que deseaba el esbelto cuerpo del guardabosques.
El físico del hombre es importante para las mujeres, las mujeres también buscan sólo sexo o amistades con momentos eróticos, y aunque como “para gustos, hay colores” existen también unos modelos estéticos dominantes para el hombre. De todo esto surge la actual preocupación masculina por la imagen, aumentando la inversión en ropa, cosméticos y gimnasios, la llamada metrosexualidad. El deseo de ser deseado como fuente de motivación, y basado en la creencia de que para ser deseado hay que conseguir una determinada imagen.
En conclusión, mujeres permitiéndose ser más deseantes y hombres aprendiendo a ser más deseados. Estas nuevas formas de planteamiento vital y relacional son un caldo de cultivo de problemas sexuales y de pareja en personas que han modificado comportamientos pero no actitudes.