Escribo porque observo una falta de “deseo” en lo sexual en mi pareja que me empieza a afectar en lo personal y creo que puede afectar a la relación en el corto plazo. Esto se traduce en una actividad sexual (no sólo coito) bastante baja, 2 veces al mes aproximadamente para la edad que tenemos y mi líbido, que considero algo normal, pero mucho más alta que la de mi pareja.
Para comprender la situación, explico un poco el contexto:
- Llevamos 5 meses de relación, y desde el principio ha sido así, ni siquiera ha habido una época de “fogosidad” de alta actividad sexual.
- Mi pareja muestra bastante satisfacción palpable, llegando al orgasmo con relativa facilidad, humedeciéndose pronto, etc cuando hacemos sexo.
- Ambos somos jóvenes , 26 años, y hemos tenido únicamente una o dos parejas estables, teniendo en mi caso bastante sexo con personas “desconocidas” con la que luego no estableces más relación.
- Tenemos mucha facilidad para vernos, ya que vivimos a 5 minutos de distancia, pero no tanta para tener un sitio “privado” y “cómodo”, como una casa.
- La pareja funciona muy bien en lo emocional, el compartir actividades, el cariño, honestidad, etc.
- Ninguno somos personas que reprimamos emociones o que tengamos una percepción negativa de la sexualidad ( no existe una herencia de la “moral cristiana”)
- No me consta que mi pareja haya tenido ninguna experiencia pasada “traumática” o negativa con el sexo o con los hombres relacionado con el sexo.
- No quiero presionar ni hacer sentir culpabilidad o falta de normalidad hacia ella, lo que interpretaría negativamente.
- No existe ningún tipo de medicación, enfermedad coyuntural, patología, momento de especial estrés en la vida de ninguno de los dos que podría explicar la falta de “líbido”.
- Llevamos tan poco tiempo de relación que no ha dado tiempo a ser “monótonos” ni repetitivos en los aspectos relacionados con lo sexual.
- Mi pareja aparenta ser una persona reservada para la intimidad, un hecho llamativo para mí fue que estuvo varios meses para simplemente tocarme de una u otra manera el pene, pese a tener relaciones sexuales.
- Las prácticas preliminares suelen ser largas, hasta ver que los dos queremos pasar a la penetración.
- Soy una persona muy generosa en cuanto a dar placer, sin necesidad de recibirlo. Es más, en varias ocasiones “sacrifico” mi orgasmo por el de ella.
- Nuestros órganos sexuales también entran dentro de la normalidad, sin disfunciones ni genéticas ni psicológicas, ni otro tipo de cuestiones, que no se nos han dado nunca.
Lo que transmito también lo hemos tratado hace relativamente poco, ya que no tratar estos asuntos es más perjudicial. Somos personas honestas y adultas que comunicamos nuestros sentimientos. Como en este caso este malestar desde lo sexual a lo emocional sólo lo percibo yo, ella lo asume con relativa normalidad y no comprende dónde está el problema, para mí es una muestra de afecto también.
Ejemplos gráficos del porqué percibo esto no es sólo la frecuencia de las relaciones sexuales, que considero bastante baja por dos cuestiones. La primera que mi experiencia sexual pasada era de varias veces a la semana, la segunda que sin nunca dar una negativa, siempre tiene el papel pasivo en cuanto a esperar a que yo sea el que haga algo, pero evadiéndolo en la mayoría de las ocasiones.
Por ejemplo, he identificado que ella prefiere siempre hacer otras actividades a tener sexo (desde pasear a ver una película, pasando por cenar o hablar de temas que nos interesen) y las escasas ocasiones en las que disponemos de un espacio físico privado donde dar rienda suelta a nuestros deseos sexuales tampoco muestra mucho interés. Desconozco su actividad sexual con sus ex parejas, pero presupongo que sería similar si lo interpreta con normalidad.